En algún otro lado de la ciudad, detrás de algún tugurio ancestral refugiado de sí mismo con olor a pis y baños destrozados como filtro, Orlando se prende un pucho y los autómatas observan satisfechos viendo cada bocanada. Diarios clarín viejos en una mesita de cristal, tazas viejas de café con vino y un ventanal gigante en la calle Quintana donde se ve el parque de atrás de varios edificios. Si existe una cofradía en algún lado buscando o laburando “el bien” (váyase a saber que concepto es este), también su contraparte nace, crece y se expande a cada momento. Acá estaban. Los Autómatas del Panorama.
viejos dueños del Dato. dueños de medios masivos. autómatas auto-generados. rayos catódicos infiltrados en la infinitud de los sentidos. operadores de realidad consensuada. Opresores de Lo-Gozo. intensos generadores de consenso. Los Autómatas están detrás: entre las brechas del lenguaje, en los espacios vacíos, en el sin sentido de construcciones epicas, viejas, en el no-azar de una serie de infinitos trolls pagos de empresas que ofrecen medicina en Buenos Aires, en la mierda seca escondida de perritos que jamás son olvidados a lo largo del tiempo y el espacio; perdidos en el carbón de una parrilla vacía, porteros de edificios y dueños de inmobiliarias con hobbys un tanto paranormales como la venta de psicodélicos en un lobby de las heras (Jacobo el autónomo tuvo varios problemas al empezar a incorporar discos en el tráfico local de un pointer normal, “tienen metadata ancestral y van bien a lo profundo” murmuraba)
Los Autómatas pueden bailar funky, y su misión es mantener la cosa “como se conoce”. No les gusta el viaje en el tiempo pero están obligados a hacerlo para poder “mantener las cosas claras”
Orlando conoce a cada uno de ellos, los conoce a todos, puede saberlos, olerlos y sentirlos, saberse cerca y palpar lo que están sintiendo y experimentando en momentos precisos. Años de estudiar el comportamiento humano te lleva a algo serio, profesional.
(paso varios micro-eones reclutando a través de viejos foros post myspace, el UBT haciendo de las suyas, la comunidad online de irreality.net y los viejos buards de frequency23, donde tanto las larvas como los ninjas bailaban en sus distintas exploraciones citadinas, y más aún: estados unidos y argentina unían corazones a favor de la ciencia de la propia exploración y el crecimiento psicoespiritual, un formulario de entrada, unos leves secretos de logia sustentable y pumba, las operaciones fluian solas. no era el precio, el valor del servicio, era la recolección minuscula de cada pedazo de data, datito, posteriormente almacenado en una terminal sensorial apropiada, fabricada de manera artesanal por lady warez y el negro galaxia-¿es 2004? o 2022?)
Orlando: Prende la máquina.
Automata #1: No puedo, man.. Si la prendo estalla todo. Estalla celular-mente entendes?
Orlando: Prende la puta máquina.
Algunas mentiras importantes están grabadas en el cuerpo. Están ahí desde el comienzo: en esos momentos donde nuestro cuerpo estaba en pleno desarrollo y el aparato psíquico crecía, los otros aparecen en escena y nos ayudan (o no) a darle sentido a nuestra propia experiencia personal. Apariciones, mentiras repetidas, condicionadas, alargadas a lo largo del tiempo, información aprendida a través de la memoria de procedimiento: habilidades motoras, energéticas, y los comienzos de la experiencia ritual.
Estas mentiras tienen lugar silencioso pero activo en el cuerpo: preceden nuestras respuestas y emociones, configuran nuestra respuesta y permiten o no aumentar nuestro nivel de excitación energética general.
Los Autómatas estaban ahí, desde el comienzo: gestores de verdades apropiadas y mentiras que no se dicen.
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El problema con toda esta gente es que podrían -en potencia- ser ELLOS (otros).
O también, que las moléculas son mías, porque quieren ser mías.
y esa semana de julio, en donde el frío era de todos fue lo único que realmente podía disfrutar. Como si fuera un consuelo al irremediable transitar por calles pobladas de nadie en aeropuertos mentales de líneas privadas que viajan a ningún lado y sin embargo anuncian demora tras demora. Si yo tuviera un par, aunque sea un par de morlakos (no neutrales, muy por el contrario, bien trales) todo esto no sería la tragedia que significa no caminar y enfrentar lo inenfrentable. Por el momento entonces mirando el suelo, las baldosas se empapan de los perfumes que van directamente al cerebro límbico, no importa si lo saben o no lo saben, de todas maneras las sensaciones ancestrales que se despiertan con los químicos producidos a gran escala para apaciguar a los detractores de ELLOS.
La paranoia como respuesta a todo. La paranoia como extremo reconfortante en donde esa señora que te ve con esos ojos negros que se derruman en silecio en realidad es un lazo de trafico de informacion a unos seres que se alimentan de intensidades y emociones. No son humanos. no son humanos.
Las moléculas al menos, estaban de mi lado, y por si fuera poco en ecos del más allá una voz retumba en el cielo abarrotado por los enemigos: alinear todos tus seres en una sola intención.
Era según ella cosa simple, en el intento en las miles de formas que se hacen estela y hay un segundo en donde se conjugan en la armonía perfecta del movimiento. Una preparación imperceptible que tendría repercusiones en los más allá.
Tres cuadras más adelante en un sinsentido de andar fingiendo hacia el andar que no acaba, en el sol, en la vereda, en el otoño que se despide, entre las hojas un mensaje: <VOLVE>
Connection reset by peer
[ ]
Horas más tarde, o fue antes? (en una línea temporal difusa) en un sótano de san telmo donde sonaba theater of tragedy lady warez entra a buscar fortuna y termina por desplomarse. Un comando inunista dice estar cazando ‘vampiresas energéticas’ que hostigan la zona. Lady warez cae víctima en una fulminación energética sin previo aviso, en el desmayo se va quien sabe cuanto tiempo. Los soldados inunistas siguen su batalla, lady warez se empieza a preguntar si entonces podría ser cierto. Si realmente alguien está atacando las estructuras mismas de la realidad, ¿y quiénes son estos inunistas? Y porque la habían atacado unas vampiresas? ¿Acaso no son los mismos que en otro portal estaban en las lagunas del rol alternativo? Estaba segura de que eran ellos, pero todo este operativo es nuevo, hay que encontrar al agente Orlando para descifrar este abismo.
Automata #2: Que onda Orl está caminando la cosa?
Orlando eructa limpiándose un poco la intensidad de visiones apareciendo todas juntas a la vez en un transcurso de 23 segundos.
Un pequeño vómito en el tacho y estamos listos para seguir.
Orlando: Tenemos un viajecito que hacer.. Lanus oeste. John está en crisis y están a punto de volarse la capocha con el patiño desquiciado. Seteame la línea de tiempo a agosto 2007 y fijate si encontras puntos de memoria, alguna señal, alguna coordenada?
Autómata #1: Otro más.. ok.
La terminal tiraba rayos y nadie entendía qué carajo estaba pasando (“los autómatas no tienen porqué entender, me entendes?”)
Las Experiencias Alienantes de los Autómatas estaban programadas a ser todos los sábados por la noche temprana.
A puertas cerradas, estímulos reducidos, pequeñas gotas sublinguales caían abriendo las puertas del deleite a cada uno de estos personajillos prendidos fuego. Todos esperaban la momenta, la ora del sermón, el Momento Infinito: Orlando contaba viejas fascinantes historias acerca del origen de la conciencia, las dinámicas energéticas y psicofísicas de las egregoras corporativas, y un poco de trabajo postural para estar más presente en el día a día. Lograba que cada Autómata se contacte, conecte, y vaya profundo dentro: luego, con todo el amor del mundo, pedía un pequeño tributo para dejar guardado en su cajita del Sueño Eterno (estas fueron las primeras manifestaciones emocionales guardadas y desmenuzadas, ‘el alimento primerizo de la Máquina’)
*wush wush* a un tiempo que no sé si es antes, ahora, o después.
El Negro, todo sudado, puteando el calor del verano que aun no comenzó, se encuentra armando su primera terminal sensorial apropiada. Esta terminal recibe info directamente del stream de realidad de cada persona y arma un perfil a base de gustos, deseos, anhelos e intuiciones.
-Quien te pidió esto, puedo saber?, le dice, decidido, a lady warez.
-Es un trabajo artesanal para un cyberchaman de zona oeste. Tiene un proyecto nuevo y quiere empezar a grabar el flujo energético-emocional de los que trabajan con él.
-Ok.
…
-Ya está lista. ¿A dónde la enviamos?
-No, tenemos que llevarla nosotros! No podemos mandarla así nomás.
-¿A dónde?
-Hay una fiesta psy hoy a la noche, en el centro. Vamos la dejamos y nos transfieren.
-Ok
(gatillos-neuro disparando lentamente en la corteza cerebral del joven Negro del Futuro sin estar 100% convencido de obrar el camino de los lentos pasos del señor)
(no cree en la confianza innata en las cosas y eso está muy bien, esta muy bien)
(es una moneda intensa la confianza.. va y viene.. te transforma sin darte cuenta, te nutre y también te deja solo)
(gatillos neuro siguen disparando y se pregunta: cuántos y en cuanto tiempo, por que tanto tiempo?)
En los pasillos de la noche, con la velocidad de las substancias, tecno agentes, magos, brujos y ninjas del código abierto se reúnen a adorar la música de las fonolas modernas.
Con qué pretexto y bajo qué fachada? Pues por supuesto, un tugurio húmedo, caluroso y con unos cuantos leds desparramando mensajes subliminales no podían hacer más que generar un cocktail explosivo entre artefactos generadores de humo y pasteletas.
La máquina? ¿Qué máquina? No entiendo porque o desde donde insistis con esos delirios, aca no esta. Y no estuvo y no va a estar. No hay ninguna maquinaria intergaláctica ni prenatal ni no se que carajo balbuceas de la máquina.
Agatha se fue tempestuosa de la sala. Yo me quede pensando en los dispositivos inter-galaxia y la exploración del envío de postales sacras de manera telepática a otras posibles civilizaciones aún desconocidas, muy lejanas o improbables. Quizás simplemente a alguien en algún lugar le llegue la proyección que estoy enviando.
De todos modos la máquina no estaba ahí. Y Agatha como siempre, tenía razón.